Contexto de la campaña
En julio de 2025, American Eagle lanzó su nueva campaña publicitaria “Sydney Sweeney Has Great Jeans”, protagonizada por la actriz Sydney Sweeney. La frase juega con un doble sentido “jeans” (pantalones vaqueros) y “genes” (genes hereditarios) y genera un vínculo implícito entre la prenda y una supuesta herencia de rasgos físicos deseables
Uno de los segmentos más polémicos presenta a Sweeney hablando de cómo “los genes se transmiten de padres a hijos”, seguido inmediatamente de un “mis jeans son azules” y el remate: “Sydney Sweeney has great jeans”
El doble sentido que encendió la controversia
El impacto mediático y cultural surgió de inmediato. Críticos interpretaron el juego de palabras como una referencia a la supremacía blanca o ideales estéticos tradicionales de belleza blonde hair, blue eyes remanentes de una ideología eugenésica.
Académicos y expertos señalaron que el anuncio refuerza estereotipos de belleza occidentales, utilizando una mujer rubia, de ojos azules y aspecto voluptuoso como símbolo de perfección. El énfasis visual en sus rasgos físicos, y el juego con la palabra "genes", tocaron fibras sensibles por su carga histórica
Reacciones y polarización
Críticas
- Activistas y académicos: Consideraron que evoca lenguaje eugenésico y estética racializada; lo calificaron como peligroso y poco consciente históricamente
- Figuras públicas: Abbie Chatfield calificó el anuncio como “propaganda nazi” en Instagram, demandando mayor diversidad y responsabilidad
- Medios: The Guardian lo describió como una fetichización de la “blancura” en un contexto de regresión cultural
Defensas
- Brand y portavoces conservadores: Argumentaron que era una publicidad ingeniosa, criticando la cancel culture, denominando las críticas como “sobreactuaciones identitarias”
- Encuestas: Una encuesta Economista/YouGov encontró que solo un 12 % se sintieron ofendidos, mientras que el 39 % consideró el anuncio ingenioso y el 40 % no manifestó opinión
- Personalidades mediáticas: Dr. Phil expresó su respaldo con humor, comprando jeans para todas las mujeres de su familia
Impacto comercial
La campaña, aunque polémica, tuvo resultados notables en términos financieros:
- Las acciones de American Eagle subieron entre un 10 % y 23 % tras apoyar o viralizar la campaña
- Sin embargo, el tráfico en tiendas físicas disminuyó significativamente en las semanas siguientes, lo que muestra que el ruido mediático no siempre se convierte en ventas constantes
Estrategia de marketing: provocación vs. responsabilidad
En un mercado saturado, las marcas frecuentemente recurren a publicidad provocadora para destacarse. En el mundo del denim, esto no es nuevo: campañas controversiales han sido usadas históricamente para captar atención (por ejemplo, Calvin Klein, Levi##MG=C_S##s)
En este caso, el doble sentido buscaba ser original y viralizable, y lo logró… hasta cierto punto. No obstante, el contexto cultural hizo que atravesara una línea sensible. Este molde de provocación genera visibilidad rápida, pero puede socavar la reputación si se interpreta como insensible o excluyente
Lecciones de marketing estratégico
- Conocer el contexto cultural: Un juego de palabras puede tener cargas históricas imperceptibles para algunos pero dolorosas para otros.
- Diversidad en el casting: Incluir diversos tipos de belleza podría haber mitigado la polarización
- Estrategia de defensa pronta: La respuesta del brand fue rápida “Es sobre jeans”, buscando desviar la atención del doble sentido
- Medición real del impacto: Aunque el engagement subió, el tráfico a tiendas bajó
- Responsabilidad y visión a largo plazo: Impacto inmediato no justifica daño de marca a largo plazo
La campaña “Great Jeans” de American Eagle se convirtió en un estudio real de caso sobre marketing viral, polarización cultural y responsabilidad comercial. Si bien logró atención masiva y un impulso bursátil, también encendió alertas sobre cómo los símbolos estéticos interactúan con discursos históricos de raza y belleza.
La experiencia demuestra que la provocación puede vender, pero también puede dañar. Las marcas deben recalibrar sus estrategias publicitarias, equilibrando creatividad, culturalmente consciente e inclusividad. Al fin y al cabo, en un mundo cada vez más sensibilizado, la verdadera audacia está en ser provocador con propósito, no con provocación.